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El primer Campus de nuestras vidas

CIUDAD MOLINA BASKET
25 de julio de 2022

(…) La experiencia de los antepasados constituye una enseñanza para quienes vienen detrás y así se saca provecho de lo que sucedió a nuestros semejantes; nunca olvides lo que ha ocurrido y tenlo siempre en cuenta. Gloria a quien creó las historias de los mayores e hizo que fuesen fuente de enseñanza para los sucesores (…)

Prólogo de “Las mil y una noches”


El XII Campus de Verano MB no han sido 1.001 noches. Ha durado dos semanas divididas en dos turnos: 14 días y 12 noches que han pasado rápido, pero recordaremos para siempre. Este campus deja historias, emociones, anécdotas y enseñanzas suficientes para sentir que Molina Basket continúa creciendo gracias a la ilusión de la gente joven dispuesta a recoger la experiencia de lo vivido en años anteriores.

No hay mejor definición de cultura. No hay mayor satisfacción para un club. Por esto, tras dos años sin campus de verano en San Javier, volver allí ha significado recuperar una parte esencial de lo que es Molina Basket.

Ha habido más de 110 participantes y más de 20 monitores en esas 12 noches (y 14 días). La mayoría venía por primera vez y, sin embargo, se ha disfrutado del Campus de Verano MB como siempre. Las mismas sensaciones de las ediciones anteriores a la pandemia. Como si nunca nos hubiésemos ido de esos pabellones, de esa piscina, de esa cafetería, de esas cabañas.

No hay secretos. No hay fórmulas mágicas. Sólo ha habido esfuerzo e ilusión, en especial, por parte de un equipo de monitores excepcional. A pesar de su extraordinaria juventud, han firmado un campus sobresaliente. 

Anthony me preguntó varias veces la edad de los monitores y de las monitoras, porque le sorprendía el grado de compromiso, madurez y responsabilidad. “Parecen profesionales, como si llevasen toda la vida trabajando en campus de verano, como si hubiesen nacido para esto.” 

En cierto sentido, Anthony tenía razón: nuestros monitores hicieron lo que habían visto hacer a sus entrenadores toda la vida, cuando ellos eran jugadores. Algo tan simple como esforzarse 24 horas diarias para hacer del Campus MB la mejor semana del verano para más de un centenar de participantes. Y con ese objetivo han puesto lo mejor de sí mismos: su energía, su esfuerzo, su cariño. 

El reto era tan sencillo (y tan complicado) como eso: transmitir con pasión la experiencia acumulada, proyectar una ilusión compartida hasta el infinito. Enhorabuena a todos y a todas por esa dedicación incondicional estas dos semanas.

A los más de 100 chicos y chicas que han participado en el campus sólo podemos darles las gracias por su comportamiento dentro y fuera de la pista, por sus días y por sus noches. Poner en marcha un campus de dos semanas supone sacrificar muchas cosas, pero lo hacemos encantados. Lo hacemos por ellos y por ellas. Y lo seguiremos haciendo mientras tengamos jugadores y jugadoras como las de este verano.

Quizás alguien recuerde alguna charla paternal, alguna bronca más seria o algún castigo de madrugada. Pero todo forma parte de lo necesario, de lo inevitable; porque ellos y ellas tienen que equivocarse y al equipo de monitores nos toca estar a su lado en esos momentos para corregirles. Ahora que todo ha terminado, podemos decirlo: ha sido un lujo contar con dos turnos como los de esta edición 2022.

Sólo espero que guarden en un lugar seguro todos los recuerdos de estos días. Las cabañas y las literas, las canciones y los bailes, las madrugadas de insomnio y los días de baloncesto, los entrenamientos y los granizados, golpes en la ventana por la mañana y noches de terror imposible, el número en un tapón de botella y el día de la semana en una bolsa de plástico, los secretos nocturnos y los abrazos virtuales, las óperas inacabadas y los selfies que nunca se hicieron, las sonrisas en momentos tristes y las lágrimas de alegría. Y, sobre todo, sentir tanto hasta sentirse vacío. Guardadlo todo: con el paso del tiempo no habrá mayor tesoro.

El obligado paréntesis por la pandemia hizo que para varias generaciones del club (entrenadores y jugadores) el Campus MB 2019 fuese el final de una década inolvidable. Ahora, después de esta aventura en 2022, la sensación es que otras nuevas generaciones recordarán este campus como el primero de los muchos que disfrutarán en sus vidas.

Gracias infinitas a quienes los habéis hecho posible

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